Estupenda reflexión sobre un tema que preocupa a los docentes y que debería preocupar a toda la sociedad. La educacción obligatoria ha perdido su principal esencia. Ya no llevamos a nuestros hijos/as a la escuela para que aprendan y sean personas cultas, ahora lo importante es el aprobado.
¿APRENDER O APROBAR? ¡ En qué quedamos!
¿Para qué sirve la escuela? ¿A qué va el alumnado a ella? Sin duda alguna, a voz de pronto, respondemos que ¡A aprender! Pero en la realidad no está tan claro. ¡Veamos lo que sucede!
Cuando una niña o un niño de infantil viene de la escuela, su padre o madre le pregunta ¿Qué ha aprendido hoy mi niña? Y tras la respuesta, se le alaba y refuerza el interés y el aprender.
Si el niño o niña es de 1º de primaria, la pregunta es la misma ¿qué has aprendido? Y el mismo ritual, valorar el interés y la importancia de aprender, de saber cosas. Incluso en muchas ocasiones le pediremos que nos cuente lo que ha aprendido, manifestando sorpresa por el nuevo conocimiento y dándole valor, reconociendo que se hace mayor por aprender.
A mediados de 2º o en 3º de primaria ya la pregunta cambia. ¿Has aprobado? Y de ahí en adelante esa será la pregunta, ese será el interés ¿has aprobado?, en 5º, en 6º, en 3º de ESO, en bachillerato… ¿has aprobado?, incluso en la universidad. En los últimos años he dado clase a alumnado ya licenciado o graduado, en el Máster de Formación del Profesorado de Secundaria, y cuando proponía alguna lectura que consideraba interesante, la pregunta siempre era ¿se puntúa? ¡Cómo ha calado en todos ese valorar el resultado material, no el intelectual!Hemos sustituido la curiosidad innata del ser humano por aprender, por saber, por un resultado material, que la mayor parte de las veces no va asociado con el aprender duradero.
¿De dónde nos viene esta distorsión del interés por aprender? Nos viene de antiguo, Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo (1.859-1.9O9) ya escribía “Los exámenes crean desigualdad, satisfacen el egoísmo y la vanidad de maestros y padres, provocando envidia roedora en los fracasados y son obstáculo para nuevas iniciativas”. En nuestra historia reciente, en los años 70, la EGB pedía que se valorara lo que se sabía para decidir si se aprobaba o no, si se promocionaba de curso o no. En esos tiempos se valoraba en toda la sociedad los datos cuantitativos, era científico aquello que se medía y comparaba. Se pusieron de moda los exámenes cuantificados, objetivamente valorada cada pregunta y hacer la media de las notas para dar los resultados. Eso se hacía siempre, pero no con mucha frecuencia, estábamos preocupados por enseñar y de vez en cuando valorar lo aprendido, calificarlo. En los 90, comenzó a valorarse lo cualitativo, aparece el término “evaluación continua”, es decir, estar continuamente pendiente de lo que sabe cada alumna o alumno, pero se interpretó como “calificación continua”, y se comienza a hacer exámenes con frecuencia, a dar notas, a valorarlas como muy importantes para “aprobar a final de curso”. La presión por aprobar y el querer tener muchos datos para justificar mejor la decisión hizo el resto.
La realidad es que todos, profesorado y familias, hemos puesto nuestra mirada en la nota, en aprobar, lo que nos ha llevado a considerar “el aprobar como máximo objetivo”. Pero ¿aprobar significa saber? (en el próximo artículo reflexionaremos sobre la respuesta), por ahora ir pensando, ir preguntando por saberes ya aprobados, ¿siguen siendo saberes?
Todos valoramos la práctica usual de “materia aprobada, materia eliminada”. ¡Mamá la nueva profesora es muy buena!, si apruebas un trimestre eliminas materia, ya no te tienes que examinar más. Eso se traduce en que ya oficialmente se puede olvidar lo aprendido. ¡Pues no sería tan importante! Entonces ¿por qué mientras unos olvidan a otros se les obliga a “recuperar”, es decir a volver a estudiarlo, a aprenderlo temporalmente hasta que se apruebe. Para después oficialmente poderlo olvidar. ¡¡Vaya coherencia!!… ¡Un poquito de porfavor!
Ahora profundicemos un poco más en las consecuencias de esta “desafortunada e innecesaria” práctica de tanto calificar:
Por una parte, hemos pervertido el objetivo de los centros educativos, hemos derivado el interés por saber al interés por aprobar, máximo objetivo a conseguir. Estudiar y aprender es para aprobar y para sacar nota, no para aprender más, no para saber más, que esa ha sido la aspiración humana que nos ha hecho evolucionar y salir de las cavernas. Cuando una profesora o profesor quiere que su alumnado profundice en algo, cuando quiere motivarlo ha de poner la nota por medio, ya que el alumno o alumna siempre pregunta ¿sube la nota? ¿cuánto vale? Entre todos hemos conseguido alejar a nuestros hijos e hijas, a nuestro alumnado de la curiosidad, del placer de aprender y de saber…
Por otra, parte hemos centrado el interés del alumnado (de la sociedad en general, ya que todos hemos sido alumnos o alumnas durante mucho tiempo) en “tener”, en obtener resultados, en la nota. No en el “ser”, ser personas, ser cultos, estudiar por el placer de saber, de saber más, … Entre todos hemos materializado el conocimiento, ¿tendrá esto algo que ver con este mundo tan interesado, tan centrado en lo material? ¿Cuánto te pagan en el trabajo, preguntamos? Y no preguntamos si te gusta, si eres feliz, si haces feliz a lo demás…
Y una tercera posible consecuencia. Cuando nos traen la nota a casa tras hacer un examen ¿preguntamos si esa nota se ha conseguido de forma ética? ¿preguntamos si se ha copiado? Es más, cuando nuestros hijos son más grandes les vemos preparar las “chuletas para el examen” y nos reímos, a veces bromeamos sobre cómo hacerlas mejor… Entre compañeros y compañera se alaba a quien se copia sin que lo cojan. ¡¡Y después nos escandalizamos de tener una sociedad corrupta, y de que votemos a corruptos!!
No os olvidéis que….
¡¡QUE SEÁIS FELICES Y HAGÁIS FELICES A QUIENES OS RODÉAN!!
Juan de Dios Fernández Gálvez, jubilado activo
Ex Orientador escolar y Profesor colaborador extraordinario UGR
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No se puede educar en serie. Es preciso un corazón inteligente que sepa interpretar, que sepa, sobre todo, comprender. Salve García
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En mi opinión, es cierto que a veces se nubla un objetivo cuando estás tan metido en el proceso, pero un docente jamás debe olvidar que la finalidad de la acción docente no es crear mentes llenas de información, sin conocimiento ninguno y que tienen una capacidad de plasmarla en un papel por menos de 1 mes. Sino crear personas totalmente construidas, atendiendo a las diferencias y trabajando aspectos como la inteligencia emocional.
ResponderEliminarEl verdadero sentido de la educación es crear personas completas y, como siempre digo, personas felices, que sean capaces de gestionar emociones, de superar la frustración, educadas en el arte, en el conocimiento (que no información), en la cultura, etc.
En una posible y no muy lejana renovación de la educación espero que todo este problema desaparezca para poder pasar por fin a una educación en valores.
Evaluación ¿para valorar el aprendizaje o para aprobar el curso?
ResponderEliminarSin lugar a duda el aprobar o reprobar el curso o un grado significa mucho para cada estudiante y su familia, sin embargo el mayor significado recae sobre el docente. La reflexión al final de una evaluación le permite al docente valorar sus intervenciones, estrategias, técnicas y material didáctico que utilizó para saber que cambios o reforzamientos habrá de implementar para que los nuevos resultados sean mejores.
Dentro de todo esto una meta es lograr los aprendizajes estipulados en los programas de estudios, pero una meta mayor es que el alumno logre aplicar lo aprendido en el aula a sus actividades diarias.
Para aprobar no debería ser requisito repetir las lecciones dadas por el docente, mejor aún dar muestras de la comprensión alcanzada de cada una de esas lecciones y que ahora forman parte de los conocimientos, habilidades, valores y actitudes que posee el alumno y que es capaz de poner en práctica en su vida diaria.
La misión como educador es llegar a la mente de los alumnos permitiéndoles modelarla expandiendo sus horizontes, y para lograrlo se requiere la disposición de ellos y el apoyo de los padres de familia, así como las aportaciones de la Autoridad Educativa como de la sociedad en general.
Muchas gracias por estos espacios de reflexión!!!
Martha Goreti Arredondo Meza.-
Es muy interesante y muy real este hecho que se está comentando. A medida que crecemos disminuye el interés por aprender y se acrecenta más el interés por llevar todas las asignaturas aprobadas y pasar limpio de curso. Llega un momento en nuestra vida en el que aprender se deja de lado, las cosas se estudian de memoria y al día siguiente ya no te acuerdas nada.
ResponderEliminarMuy acertado el tema de este artículo puesto que es nuestro día a día en el sistema educativo, nos enseñan para un fin: selectividad, exámenes finales sin importar el camino del aprendizaje, sólo el resultado
ResponderEliminarUna pregunta que genera muchos quebraderos de cabeza en el mundo de la educación, efectivamente, aprender no significa aprobar. Hoy día los alumnos están más preocupados por un número que por un conocimiento duradero, util... Y esto, sin lugar a duda se carga la razón de ser de la educación
ResponderEliminarEsta pregunta genera muchos quebraderos de cabeza en el mundo de la educación, efectivamente, aprobar no significa aprender. Hoy en día, los estudiantes se preocupan más por un nota que por adquirir un conocimiento duradero, útil...Acabando así con la razón de ser de la educación y el proceso de enseñanza-aprendizaje
ResponderEliminarEsta pregunta genera muchos quebraderos de cabeza en el mundo de la educación, efectivamente, aprobar no significa aprender. Hoy en día, los estudiantes se preocupan más por un nota que por adquirir un conocimiento duradero, útil...Acabando así con la razón de ser de la educación y el proceso de enseñanza-aprendizaje
ResponderEliminarEsta pregunta genera muchos quebraderos de cabeza en el mundo de la educación, efectivamente, aprobar no significa aprender. Hoy en día, los estudiantes se preocupan más por un nota que por adquirir un conocimiento duradero, útil...Acabando así con la razón de ser de la educación y el proceso de enseñanza-aprendizaje
ResponderEliminarEsta pregunta genera muchos quebraderos de cabeza en el mundo de la educación, efectivamente, aprobar no significa aprender. Hoy en día, los estudiantes se preocupan más por un nota que por adquirir un conocimiento duradero, útil...Acabando así con la razón de ser de la educación y el proceso de enseñanza-aprendizaje
ResponderEliminarEsta pregunta genera muchos quebraderos de cabeza en el mundo de la educación, efectivamente, aprobar no significa aprender. Hoy en día, los estudiantes se preocupan más por un nota que por adquirir un conocimiento duradero, útil...Acabando así con la razón de ser de la educación y el proceso de enseñanza-aprendizaje
ResponderEliminarEsta pregunta genera muchos quebraderos de cabeza en el mundo de la educación, efectivamente, aprobar no significa aprender. Hoy en día, los estudiantes se preocupan más por un nota que por adquirir un conocimiento duradero, útil...Acabando así con la razón de ser de la educación y el proceso de enseñanza-aprendizaje
ResponderEliminarEste artículo plantea una reflexión crucial sobre el propósito de la educación. Me ha hecho pensar profundamente sobre cómo hemos desviado el objetivo original de aprender hacia simplemente aprobar. Es preocupante ver cómo la curiosidad innata de los estudiantes se reemplaza por la obsesión de obtener buenas calificaciones.
ResponderEliminarRecuerdo que, al igual que muchos, pasé por esa transición en la escuela, donde inicialmente se valoraba lo que aprendíamos, y luego todo se centró en los exámenes y notas. Esta distorsión no solo afecta a los estudiantes, sino también a la sociedad en general, ya que promovemos la obtención de resultados por encima del verdadero aprendizaje y desarrollo personal.
Además, el artículo menciona una triste realidad: el valor otorgado a las calificaciones ha llevado a prácticas deshonestas como el uso de chuletas. Esto refleja una crisis ética que se extiende más allá de las aulas y se infiltra en nuestra sociedad.
Como alguien que está involucrado en la enseñanza, especialmente en Curso de ingles online, veo la importancia de fomentar la curiosidad y el amor por aprender. Debemos esforzarnos por devolver a nuestros estudiantes la pasión por el conocimiento, para que aprendan por el placer de saber más y no solo por una calificación.